jueves, 4 de febrero de 2016



Noción de la cultura y su función en las sociedades El abordar la cultura y las fiestas del cantón Pujilí como la expresión cultural de un pueblo, significa desentrañar su contenido cultural enraizado en los valores populares, en el seno mismo del pujilense, que manifiesta sus vivencias, creencias, costumbres y no sólo el contenido de la fe. Este capítulo iniciará con el análisis del término cultura, definiendo su significado en su sentido más amplio. Un autor sostuvo que la cultura es un conjunto complejo que abarca los conocimientos, las creencias, el arte, el derecho, la moral, las costumbres, y los demás hábitos y actitudes que el hombre adquiere a lo largo de la historia en una sociedad determinada. (Guerrero, 1981, p.102)-Por lo tanto, la capacidad del hombre de crear imágenes, símbolos, creencias es lo que permitió la creación de la cultura, entendida la misma como una serie de comportamientos religiosos, de vivencias que ha sido desarrolladas por el hombre en una sociedad concreta y en un proceso histórico también concreto. Por tanto se puede comprender que en la cultura todos los elementos están íntimamente relacionados. Por ello Guerrero (1981, p. 110) recalca que, “evidentemente, la cultura no puede ser entendida sin la comprensión de la estructura socioeconómica que le corresponde, y ambas formas una unidad indisoluble”. 

Además la cultura es el resultado de la interacción entre hombres y la naturaleza. En este sentido son culturas, también, ciertas prácticas y observaciones que en otros contextos son codificadas con supersticiones, y son cultura en el sentido de que ellas constituyen un modo de vivir, el mundo y la vida. Este estudio de una manifestación de cultura no puede hacerse de una forma aislada, ya que toda cultura tiene su nota de historicidad que ofrece un pasado distinto del presente; un autor sostuvo que “la cultura, en un sentido más amplio, es el conjunto de benes de valores materiales y espirituales creados por la humanidad en un proceso de su actividad práctica, histórica y social” (Brumer, 1976.p.35) La cultura desde el punto de vista sociológico es posible, porque está inserta dentro de un conglomerado social del cual provienen una serie de costumbres, tradiciones, ideas y estímulos para el estudio de una conducta e identidad cultural. 

A pesar del sinnúmero de concepciones sobre cultura que podríamos citar, se toman como punto de referencia en esta investigación las ideas de un autor: debido a que es uno de los más originales y hondos antropólogos de su generación y es el principal abogado del movimiento intelectual tendiente a reanimar el estudio de la cultura entendida como “sistema simbólico”, ya que ahora es evidente, para virtualmente todos aquellos que quieren ir más allá de los aspectos descriptivos, que resulta muy difícil realzar análisis de mucha fuerza teórica partiendo de una noción tan difusa y empirista. Ya que han pasado los días en que los fenómenos sociales se explicaban describiéndoles como esquemas de cultura y observando que tales esquemas son transmitidos de generación en generación. 

(Geertz, 1997) El concepto de cultura que maneja este autor y señala que: La cultura denota un esquema históricamente transmitido de significaciones representadas en símbolos, un sistema de concepciones heredadas y expresadas en formas simbólicas por medios con los cuales los hombres comunican, perpetúan y desarrollan sus conocimientos y sus actitudes frente a la vida. (Gueertz 1997, p.89) Tomando en cuenta que, considerar las dimensiones simbólicas de la acción social como lo son: el arte, la religión, la ideología, ciencia, ley, moral, sentido común; no es apartarse de las problemáticas existenciales de la vida para ir a parar a algún ámbito empírico de formas desprovistas de emoción; por el contrario es sumergirse en medio de tales problemas. Siendo así los actos culturales: la construcción, aprehensión y utilización de las formas simbólicas, son hechos sociales como cualquier otro; son tan públicos como el matrimonio y tan observables como la agricultura. 

En este sentido, es necesario señalar que las particularidades de cada sociedad y sus actos aportan contenidos a la cultura y que en forma recíproca ésta ejerce ciertas funciones sobre la sociedad. Debemos comprender que existen culturas desarrolladas más dinámicas que otras. Es decir que la cultura, como todo, también está sujeta a una dialéctica de cambio y transformación constante. 

Es así que en sus interrelaciones culturales el ser humano da cuenta de un proceso de aprendizaje y desarrollo de funciones, a través de la participación, trascendiendo el ámbito educativo para llegar a la humanización de la especie que, se refieren a la socialización o educación del hombre-político, del actor social; sobre la base de los límites del presente trabajo. .Jaramillo y Raimondo, (1989, p.12) sostienen que: La socialización es un proceso permanente de aprendizaje, que surge de la interacción y de la integración individuoambiente social y físico; con los cuales un ser siente, conoce y actúa. Es decir, un ser humano, una persona. Una de las funciones de la cultura es ser política, es una forma de organizar las relaciones sociales, una forma de acceder, mantener o luchar por el poder. La cultura en el presente estudio cumple, entonces, una función importantísima como una forma de “organización” de la producción material, intelectual y simbólica, un modelo de continuidad, creación y percepción de la realidad. 

Así la cultura posee un sentido, una finalidad, una ontología, una intencionalidad. Cuando se describen y analizan largos procesos de producción cultural se capta las evidencias materiales, intelectuales y simbólicas de lo que se denomina “cultura” de un grupo o nación; se capta los productos del proceso humano y se lo caracterizamos como una forma cultural, con una identidad que la diferencia de las otras formas culturales. Sin embargo, cuando se analizan los procesos de producción de la cultura de diferentes grupos interrelacionados en espacios y tiempos relativamente reducidos, se puede dilucidar como resulta voluble y difícil caracterizar la identidad y las diferencias de la cultura. Esto se debe a que la cultura es el producto de un proceso que comprende y resume todos los ámbitos humanos: el biológico, el psicológico y el social. 

El resultado de la cultura se visualiza en la direccionalidad del proceso, en el sentido de la humanización. Cuando el hombre construye la cultura participativa integralmente, participa en distintas situaciones, asumiendo diferentes roles y ocupando diversas posiciones en la estructura social e institucional. Ese accionar humano y cultural se da en el contexto de una red de relaciones sociales inmediatas de un grupo ya sea espontáneo, por ejemplo de amigos; o institucional, como la familia, trabajo, etc. A la vez se circunscriben en relaciones sociales más amplias como locales, regionales, nacionales e internacionales. En esa red de relaciones sociales se da el proceso de construcción cultural. Este proceso de producción cultural no se ubica única y exclusivamente en los hechos trascendentales de la humanidad, ni de la sociedad (inventos, obras de arte, grandes construcciones, etc.) sino que a su vez se reproduce en lo cotidiano, en el tiempo sin conciencia de todos los días, en lo popular  

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