El Corpus Christi

La fiesta de corpus Christi, cuerpo de Cristo tiene sus raíces en los inicios del culto
católico, ya que se trataba de honrar a Jesucristo en la sagrada eucaristía, instituida por el
propio Jesucristo la víspera de su pasión y muerte en la última cena y mandada a repetirla
como “memorial de su sacrificio” La profunda devoción a la Eucaristía en el pueblo pujilense se expresa a lo largo del
tiempo en la celebración solemne del jueves santo (en conmemoración del día de la
institución de la eucaristía), en la existencia familiar y comunitaria en la misa dominical y
de los jueves, en la devota celebración de las cuarenta horas permite pensar y afirmar que
las festividades de Corpus Christi fuera instaurado ya por los religiosos como folklórica, la
misma que se la realiza para celebrar con especial solemnidad. A la cual no se le puede dar
todo su esplendor el día Jueves Santo por formar parte del triduo Sacro, dentro de la
Semana Santa, que incita al recogimiento y a la penitencia; la forma como se ha venido
celebrando en el transcurso del tiempo, la procesión con el Santísimo, los danzantes y los
castillos en las octavas de las fiestas tiene variadas interpretaciones que se pueden recoger
como válidas. Segovia En el campo religioso no han faltado quienes recordando el Arca de la alianza cuando salía
a las tiendas de campaña llevándola procesionalmente, acompañando con música, danzas,
y cánticos y albazos han querido ver en tantas manifestaciones populares durante la octava,
la celebración de la fiesta de la comunidad que se reúne en torno a Cristo para darle un
paseo por la ciudad, festejarle y compartir la fraternidad y los frutos de la tierra.
El Danzante de Pujilí

Conocido como “Sacerdote” en honor a la fiesta de la cosecha, es el personaje central de la
celebración del Corpus Christi, que entrega a toda la población en el tradicional paseo
procesional que combina la tradición, las creencias ancestrales y la religiosidad popular.
Esta fiesta tiene reconocimiento nacional, y se realiza el mes de junio.
El baile del Danzante proviene de Anta Citua y CápacCitua de los Incas. El primero
realizaba en julio, cuando los “oficiales y soldados con las mejores galas”; morriones
dorados, plumajes, joyas y armas de cobre bruñidas, resplandeciendo en las manos para
utilizarlas en juegos y figuras militares durante el baile.
Realización de la Fiesta
Conscientes de que ser danzante les da un privilegio dentro de su comunidad, todos
quisiera ser danzantes, pero por lo costoso de la fiesta pocos son los que alcanzan este
privilegio.
Toda la comarca sabe la persona o quién es el danzante principal o prioste de la fiesta, éste
tiene que buscar en sus allegados y vecinos a aquellas personas que los acompañarán como
danzantes, éstos junto con el danzante principal son en número de seis, estos están desde
los repasos al mando del alcalde de la comunidad quien les inventiva con su vara de mando
a que bailen quien con su voz fuerte les dice en quichua “Dansay, dansay,
muguiquingachasna” que traducido a nuestro idioma significa bailen, bailen, vuelta, vuelta,
así, a este pedido los danzantes al ritmo del pingullo y el tambor ejecutan unos pasos muy
hermosos que hacen notar la gallardía del que danza.
La Mesa del Danzante
Esta mesa consiste en tender en el suelo chalinas nuevas multicolores simulando manteles,
estaba precedida por el danzante a quien los indígenas se acercaban y diciéndole “Sr.
Danzante” depositaban en ella látanos, naranjas, pan, ají y sal en grano, una vez llena la
mesa era recogida por el prioste, en agradecimiento el danzante ordenaba que sirvan a sus
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acompañantes suculento platos de barro con sopa de arroz con carne de borrego sacrificado
la víspera y que era preparada por las personas encargadas de la cocina.
Vestimenta del Danzante

Para ponerse este adorno en la cabeza necesariamente, se pone un pañuelo para evitar lastimarse con el roce continuo del sombrero, el danzante tiene bigotes y peluca. En la parte de atrás comenzando el origen del plumaje cae una banda de hermosos colores adornada con espejos, cintas, bordados y otros adornos hasta llegar a la altura de las caderas.
Usa pantalón blanco bordado en la parte inferior, camisa blanca, sobre la camisa cruza una banda blanca bordada con mangas anchas, sobre esta va el tajalí forrada de papel deslumbrante y adornada con joyas de oro y plata, los espejos van casi en toda la vestimenta. Desde los hombros y espalda caen tiras largas y un tanto anchas sujetas a un soporte de madera representando a los colores del arco iris que es cargada y sostenida por una faja de colorantes.
Sobre las piernas del danzante se encuentra sujeta la saya sobre el cual existen diversos adornos de metal y los infaltables espejos. Sus manos están cubiertas con guantes sean de color verde o blancos, su mano derecha sostiene el alfanje, sus piernas y bajo el pantalón por medio de correas se sujetan los cascabeles que van tintineando al bailar produciendo un bello son al ritmo del pingullo y el tambor. El danzante es la representación auténtica del folklore pujilense que tiende a desaparecer en su apariencia original pero se trata de mantener vigente en nuestro cantón rescatando lo hermoso que es este singular personaje.
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